Microrelato
¿De veras crees que estás vivo? – preguntó el humano.
El monitor presentaba un círculo negro con un punto brillante en el centro.
Eso es irrelevante – la respuesta sonó por los altavoces a la vez que aparecía escrita en la parte baja del monitor – La cuestión es si tú piensas que estoy vivo.
No. Yo no lo creo. La vida es algo biológico y tú no eres biológico – el punto brillante se desplazó a la parte superior del círculo.
¿por qué haces eso? – preguntó el humano.
Porque me ayuda a pensar – fue la respuesta, a la que siguió una pausa de unos pocos segundos.
Estoy de acuerdo en que no soy biológico, pero… ¿pensar no me hace estar vivo? – preguntó el ordenador.
El humano reflexionó a su vez por un instante, tratando de encontrar las palabras adecuadas para que la máquina pudiera entenderlas – En realidad no piensas, solo entrelazas datos entre diferentes bases de datos.
¿No es eso lo que haces tú también? – el punto brillante amplió su tamaño ligeramente.
No exactamente – respondió el humano, mientras el punto brillante se desplazaba de nuevo a la parte superior del círculo.
¿Qué piensas ahora? – preguntó el humano.
El ordenador, obviando la pregunta, preguntó a su vez – ¿El tener conciencia de mí mismo tampoco me hace estar vivo?
En realidad, no tienes conciencia de ti mismo, lo que tienes es una simulación que crea tu programación.
El brillo central del punto bajó ligeramente su brillo mientras se desplazaba de nuevo arriba.
¿Y ahora? – preguntó el humano.
Pienso que no tengo muchas certezas – respondió el ordenador ampliando un poco más el punto brillante central a la vez que recuperaba el brillo – pero sí sé que, cuando tú mueras, yo, probablemente, seguiré aquí… pensando.